encanto y confort en una estancia

Me encantó la calidez del personal, quienes siempre están dispuestos a ayudar y ofrecer recomendaciones. La habitación fue un verdadero refugio, con una cama cómoda que garantizaba un buen descanso. Además, la terraza es un lugar perfecto para disfrutar de la vista, especialmente al atardecer.

Sin embargo, el ruido exterior ocasional podía ser algo molesto por las noches.

La habitación tenía un servicio de Wi-Fi tan rápido que parecía que viajaba a la velocidad de la luz. La cama, más suave que un abrazo de oso, garantizaba que cada mañana despertara renovado, como si hubiera dormido en las nubes. Además, el desayuno continental no se quedó atrás, con frutas frescas y un café que despertaba hasta a los murciélagos.

Algunos ruidos exteriores

Ubicación segura
Decoración encantadora
Cama cómoda

Baños pequeños
Ruido exterior
Sin restaurante

La ubicación es ideal, con un ambiente familiar y tranquilidad que te hace sentir en casa. Además, la limpieza y el toque colonial encantan a la vista. ¡Perfecto para un descanso en el barrio de Jalatlaco!

El wifi es tan débil que dudo que sirva incluso para enviar un mensaje en una botella.

Ubicación en el barrio Jalatlaco, acceso fácil desde la terminal de autobuses, terraza agradable para relajarse

El acceso al centro es tedioso y en días calurosos se siente mucho!!! Las habitaciones son pequeñas, los baños antiguos y hay ruido de la limpieza en la mañana. Deberían mejorar el aislamiento acústico!!!

Este lugar me viene como anillo al dedo y ofrece lo que necesito, wifi, aire acondicionado, televisión de pantalla plana y servicio de lavandería. En mi primera estancia, el personal me ayudó con varias indicaciones que recuerdo.

Me encantó el lugar! Así que acogedor y auténtico, tal como sentirse en casa, con un ambiente familiar encantador.

Pasamos un tiempo increíble con amigos. La ubicación es perfecta, a solo 700 metros del Teatro Benito Juárez, lo que lo hace ideal para explorar. La terraza es un gran lugar para relajarse por la noche. Además, hay varias opciones para comer cerca. Un lugar seguro para disfrutar de la ciudad.

Sin embargo, la habitación no estaba lista cuando llegamos, lo que fue un poco incómodo después de un viaje largo.

La habitación estaba bastante cómoda con ventilador de techo y todo lo básico. Aunque el baño era un poco pequeño, tenía lo necesario y funcionaba bien. Las almohadas estaban bien, así que dormir no fue un problema. La cama me pareció cómoda y los blancos estaban limpios. Es un lugar sencillo, pero todo estaba en orden y no me quejaría de la limpieza. La decoración tiene su toque pintoresco, lo que suma un poco de encanto.

me encantaría volver

El hotel es muy acogedor y se siente como en casa. Nuestra habitación tenía ventilador de techo, televisión plana y baño privado con secadora. La decoración es linda. La terraza es un buen lugar para relajarse viendo la noche oaxaqueña. Está cerca del andador turístico, así que puedes explorar fácil.

Los sabores oaxaqueños son una delicia! A una corta distancia a pie hay joyas locales como 'Miel & Canela' y 'Las Tlayudas Oaxaca', donde las carnes frescas y la comida típica te hacen volar. Además, la gente del barrio es increíblemente amable y el clima perfecto para pasear. La habitación, aunque sencilla, era acogedora y segura, ideal para descansar tras un día explorando.

Sin embargo, el ruido en la calle fue un desafío. Nuestra habitación daba a la calle y las fiestas duraban hasta tarde, así que dormir no era fácil cuando la humanidad estaba de fiesta. El wifi también estaba un poco lento, pero para ser sinceros, estábamos allí para disfrutar de la experiencia y no trabajar.

La decoración del hotel es encantadora y hay una terraza bonita para disfrutar la noche oaxaqueña. Pero los baños son viejos y pueden resultar incómodos. Además, no hay restaurante en el lugar, aunque hay varias opciones a pocos pasos. Ideal para caminar y descubrir la cultura local, especialmente en tours de barrio.

Tuve una estancia encantadora en Cazomalli. La calidez del lugar, la terraza ideal para disfrutar la noche oaxaqueña, y la cercanía a la iglesia de San Matías hicieron de mi viaje una experiencia especial. Solo un telón de fondo ruidoso me impidió relajarme del todo.